jueves, 2 de diciembre de 2010

Todo es meritorio

Estoy cansada de mis propias comparaciones. Cada vez que veo a alguien me digo para adentro: "¿por qué no soy cómo esa persona?" o "¿qué tiene ella que no tenga yo?" y ya estoy cansada de esa manía obsesiva que tengo de creer que soy menos. O al contrario, de creer que los demás son más.
Si alguien me quiere así, bien y si no, también. Yo no tengo por qué parecerme a otro para ganarme la confianza o el amor de alguien.
Yo soy yo, Candela Carretero Rottemberg, yo. La misma aburrida y auténtica Candela, igual desde que nací, igual hasta que me muera.
Si a alguien eso no le viene bien, ¡qué le den por culo!.
El agotamiento y el estrés de tantos exámenes me llenó la cabeza de pelotudeces. Me harté de pensar tonteras, de ser una nena que lo único que hace es llorar y no moverse.
Quiero aprender a crecer, a ser una mina lúcida, a tener mis pro y mis contras pero a tenerlos. A fortalecerme cada día más, quiero que esa fuerza que obtenga sea gracias a mis propios méritos. Quiero una vida completamente normal, esforzada y tranquila como la de cualquier otro.
Quiero peleas y desamores, reencuentros y muchos besos. Quiero disfrutar, sacarle mucho jugo a ésta vida que se parece a una naranja de ombligo, de pupo, no sé cómo se dice.
Pero todo en la vida no se puede.

No hay comentarios:

Publicar un comentario